CIMAS

CIMA Nº 9: ARARAT

La montaña más alta de Turquía

TURQUÍA

ARARAT

25 / 07 / 2022

ALTITUD

5.137 m

ÒSCAR SOLSONA Y ANDREU LÓPEZ

NIVEL DIFICULTAD

MEDIO

CRÓNICA DE LA ASCENSIÓN A ARARAT (TURQUÍA)

Llevo semanas preparando esta ascensión, trabajando la resistencia y la aclimatación así como invirtiendo en material específico, necesario para las condiciones de frío que nos encontraremos. Estoy a partes iguales motivado a la vez que impaciente. El Mount Ararat será la montaña más alta a la que nunca habré subido.

Aterrizamos después de 3horas y 30 minutos de vuelo y a primera hora de la tarde, en Estambul, junto con Oscar Solsona y bien pronto conoceremos el primer compañero de expedición. Jordi Guasch viene de Barcelona y como nosotros, previamente a subido al Toubkal… juntos en una furgoneta de nuestra agencia local, Ararat Travel, atravesamos la grande y caótica Estambul (15,5 millones de habitantes). La ciudad desprende movimiento, crecimiento y evolución / modernización respecto el año 2002 en el que estuve con mis padres.

Este primer día de viaje nos dejará unas horas para estirar las piernas por la ciudad así como visitar alguna de sus principales mezquitas y empezar a hacernos amigos de la cocina local.

La segunda jornada del viaje será de aproximación al Kurdistán (territorio en el norte del país frontera con Irán y Armenia donde se encuentra la montaña) así como de presentaciones y de conocer a los integrantes del grupo en el que habrá una buena representación de catalanes (Oscar, Jordi, Natàlia con quién habíamos compartido algún entrenamiento de preparación, Ricard, Eva y servidor). En el grupo también encontraremos una buena representación de Andalucía (Cristina la benjamina del grupo, Jesús “el abuelo” de la expedición, “Curro” de Cádiz y Amanda de Granada) así como una representación vasca (con “Guillo” y “Patxi” los dos con bastante montaña en las piernas), la pareja madrileña Sergio y Amanda así como la vallisoletana Ester.

Juntos cogeremos un vuelo interno de 2 horas hasta Igdir en el norte del país donde nos esperará nuestro “sherpa” y guía local Orhan. De allá, nos dirigiremos a Dogubayazit, ciudad frontera con Irán y que se encuentra muy próxima al inicio de la ruta. En esta jornada de transición aprovecharemos para hacer un poco de turismo por la ciudad y ya divisar en la lejanía la conocida también como montaña del Arca de Noé que con sus 5.137 metros es el techo de Turquía.

En nuestro tercer día de viaje nos recogen en el hotel varias furgonetas y nos conducen hasta “Eli” que a 2.200 metros de altura será nuestro punto de inicio de la ruta y lugar donde conoceremos nuestros aliados “animales” en esta aventura y que seran los caballos que cargarán con nuestro equipaje. Nuestro primer día de montaña no presenta grandes exigencias físicas y después de 4 horas de lenta ascensión para aclimatar bien, llegaremos al objetivo del día que es el Camp Base 1 a 3.200 metros. Será nuestra casa la mayor parte de los días de expedición y nos familiarizamos con los diferentes espacios de la misma así como intentamos seleccionar una tienda que esté en territorio plano y silencioso para descansar de la mejor forma posible. No estoy cansado físicamente, pero si con dolor de cabeza que me dura unas horas hasta que el colectivo médico de la expedición (tenemos 2 enfermeros y 1 doctora entre los compañeros) me “prescribe” una eficaz y rápida medicación.

El segundo día de la expedición es un clásico del alpinismo. Ganar altura para volverla a perder con el fin de aclimatar bien. Salimos del Campamento Base 1 y de manera muy lenta y gradual subimos hasta la cota 4.000 metros (ligeramente inferior que en el Campamento Base 2). El paisaje es muy seco y sin excesivos atractivos. Los guías tienen muy claro el ritmo que llevar y el que nos tiene que conducir al éxito: que todo el grupo llegue a la cumbre.

Por la tarde algunos compañeros aprovechan para seguir con la aclimatación. No es mi caso que me quedo en la tienda leyendo mi regalo de San Jordi, un libro que trata del ascenso a los catorce ocho miles del alpinista asturiano Jorge Egocheaga y que me tiene atrapado en el buen sentido.

En el tercer día completamos unos 1.000 metros de desnivel positivo para llegar en el Camp Base 2 a 4.200 metros. Se trata de un campamento base bastante peligroso dado que caen algunas rocas a las tiendas…tenemos por vecinos de tienda, una madre y su hijo, polacos, que se han unido a nuestro grupo. Tengo una larga historia con el pueblo polaco y para variar, con ellos tejemos una bonita amistad… el niño con únicamente 15 años ya había visitado 75 países y la madre 99.

Nos forzamos a ir a dormir pronto puesto que a las 00:00 de la noche nos despertaremos. Cierro los ojos, que no duermo, durante 4 horas. En nuestro cuarto día de expedición empezamos a andar a la 1:00 de la madrugada y los diferentes miembros del grupo empiezan a experimentar diferentes sensaciones adversas fruto de la altura. En mi caso a pesar de que me mantengo al frente del grupo, noto la falta de oxígeno y me cuesta respirar. No obstante, y a medida que voy ganando altura, las malas sensaciones iniciales van desapareciendo y me encuentro fuerte y en perfecto estado de piernas y pulmones, así como tampoco noto el mal de altura. Me siento en conexión plena con la montaña.

Llegados a 4.800 metros aparece la primera nieve si bien con un grosor poco significativo, tan poco significativo que los crampones podrían llegar a ser prescindibles. Por prudencia nos los ponemos.

En esta parte final de la ascensión, el clima empieza a cambiar y llega temporal con viento y niebla que limita la visibilidad, así como nos lleva a una sensación térmica de – 20 grados de temperatura. El grupo se empieza a estirar y es que algunos compañeros tienen que gestionar diferentes problemas en forma de dolores musculares, estomacales… A pesar de estas dificultades de los últimos metros, el grupo llega íntegro y feliz arriba a 5.137 metros. Es mi altura máxima de siempre. Una emoción especial me invade. Me caen lágrimas de contento. El Arca de Noé también tenía lugar para nosotros.