CIMAS
CIMA Nº 16: MOUNT CAMEROON
La montaña más alta de Camerún
CAMERÚN
MOUNT CAMEROON
28/03/2024
ALTITUD
4.095 m
Oscar Solsona, Jordi Girona, Míriam Humanes, Xavi Talavera, Cristina Leonelli, Andreu López y otros
NIVEL DIFICULTAD
MEDIO
CRÓNICA DE LA ASCENSIÓN A MOUNT CAMEROON (CAMERÚN)
Son las 22:00 de la noche del lunes y empiezo a preparar las 2 mochilas para el viaje a Camerún por el que mañana tengo que levantarme a las 6 de la mañana. Sí. Efectivamente. Voy justo, muy justo de tiempo esta vez. De hecho, los preparativos no empiezan muy bien porque no localizo el pasaporte hasta pasados 20 minutos.
Menos mal que tengo plantillas del material a llevar de ascensiones de características similares como la de justo hace 1 año en Tanzania (Kilimanjaro) que permiten que tome ritmo en los preparativos del equipaje.
Los últimos días han sido muy intensos a nivel de trabajo y también por el hecho de dejar el piso de Girona pero cojo con especiales ganas y motivación este nuevo viaje a África, esta vez a la desconocida para mí África Central y concretamente a la República de Camerún .
Conozco a buena parte del grupo de 19 personas que seremos y con algunos de ellos, durante las semanas previas al viaje, hemos hecho alguna salida excursionista para tomar rodaje. Oscar Solsona, desde su aterrizaje en el Top Summit de Escocia, me ha acompañado en prácticamente todos los viajes y ascensiones y es una amistad de hace prácticamente 20 años. Jordi Girona le conocí en el trekking del Kilimanjaro y desde entonces tejimos una gran amistad y complicidad así como hace unos meses compartimos viaje a Rumanía y ascensión a su techo Moldoveanu. Con Míriam Humanes hemos compartido menos así como tenemos en común un viaje a Jordania juntos que no hicimos si bien nos cruzamos en el camino y desde entonces hemos compartido la energía y las ganas de vivir acumulando aventuras y viajes. Xavi Talavera y Cris Leonelli vienen de Sant Cugat del Vallés, compañeros de Jordi Girona, y que los conozco de hace muy poco tiempo pero son de esas personas que siempre suman a los grupos.
Quedo en la T1 del Aeropuerto del Prat con Òscar Solsona a las 8:00 de la mañana, margen más que suficiente para no tener problemas para coger el avión que saldrá a las 11:30, escala Estambul hacia Douala, capital financiera de Camerún, y con hora prevista de llegada a las 00:00. Compartimos trayecto con varios integrantes de la expedición como los mencionados Xavi y Cris así como con Sergi y Carles que los conocemos mientras esperamos el avión.
La entrada en el país y realización de trámites formales (visado, tarjeta sanitaria…) es una auténtica odisea a la que no ayuda el calor especialmente húmedo de Camerún en un adelanto de lo que nos esperará en los próximos días. Somos los últimos en salir del aeropuerto. De repente aparece Míriam Humanes como por arte de magia y con ella y una guía local subimos a una furgoneta que nos conducirá hasta un hotel en Buea (ciudad en la que se iniciará el trekking). Son 70 km que rompen mi estimación de tiempo de 1 hora para llegar a la cama… Excesivamente optimista yo, que no contaba con carreteras en estado muy defectuoso, 4 o 5 controles del ejército y en ellos algún espontáneo “borracho” que con el beneplácito del ejercido nos intenta intimidar y que le demos dinero. «La aventurilla» se hace larga, muy larga si bien nuestras carteras y patrimonio no se han visto alterados en tanto nadie ha dado dinero.
Todo lo anterior, deriva en que únicamente tengamos de unas 3 a 4 horas para dormir ya que a las 8 de la mañana debemos estar con el grupo desayunando. Nosotros habremos sido los últimos en incorporarnos a la expedición.
Soy el último en llegar al desayuno y de hecho no es casualidad ni azar ya que me negaba a dormir únicamente 3 horas. Allí, después de 3 años, me reencuentro con Paco Crestas, impulsor del viaje a través de su agencia de viajes y con quien nos habíamos conocido en persona en Marruecos cuando ascendimos al Toubkal.
Después del desayuno tenemos el tradicional “briefing” en el que nos explican las principales características del trekking a completar en los próximos días así como nos presentan el equipo de soporte (guías, cocineros, portadores…). Mi “portero” se llama Daniel, se le ve un chico serio y responsable.
Muy curioso pero el trekking comienza desde el propio hotel donde hemos dormido a 1.000 metros de altura y en la localidad de Buea. Hoy será día de ascensión ya que deberemos llegar a Fako Lodge (2.850 metros de altura) en lo que supone salvar 1.850 metros de desnivel positivo en únicamente 7,5 kilómetros. Por ser el primer día, el programa no está nada mal y supondrá una subida con una pendiente media bastante pronunciada y exigente.
Durante la mañana transitamos entre la cota de 1.000 metros y 2.000 metros en la que nos encontramos selva y una importante densidad arbórea que junto al calor húmedo hacen que la exigencia y esfuerzo sean mayores. A pesar del fuerte calor, el paisaje es muy bonito, salvaje y me gusta mucho donde estoy me vibra genial la aventura que empiezo.
A partir de la cota de 2.000 metros, desaparecen los árboles, hace aparición la sabana y con ella comienzan a predominar los arbustos. La pendiente se inclina considerablemente y con ella el grupo empieza a estirar. A medida que vamos ganando altura disfrutamos de las vistas, tanto del mar como de la cima a la vez que techo del país, el Mount Cameroon con sus 4.095 metros.
A media tarde llegamos a Fako Lodge, que será nuestro refugio por la primera noche del trekking. Se trata de un bonito complejo de cabañas hechas de madera y construidas con el apoyo de la cooperación alemana.
Nos preparan “toneladas” de arroz que no nos acabamos, acompañadas de verduras con una muy bien conseguida salsa especiada así como pollo que nos van muy bien para recuperar fuerzas y prepararnos para el día de mañana que también presenta un programa bastante exigente. Vamos a dormir temprano ya que buena parte del grupo la noche anterior prácticamente no hemos dormido.
Nos despertamos a las 4:30 ya que nos espera una etapa con mucho contenido. Concretamente deberemos alcanzar primero el techo del país y sus 4.095 metros salvando un desnivel positivo de 1.245 metros para posteriormente, en un largo descenso llegar al campamento de Mannspring a 2.440 metros de altura y con un desnivel negativo de 1.655 metros por una distancia total de 17 kilómetros.
Sobre las 5:30/6:00 de la mañana nos ponemos en marcha con los primeros rayos de sol. La pendiente que interrumpimos ayer sigue si bien de forma más moderada aunque el grupo, como ayer a última hora, se estira bastante. El tiempo se altera bastante a medida que vamos ganando altura y la niebla y el viento hacen acto de aparición así como las temperaturas descienden considerablemente. Nos detenemos en un refugio en un estado muy precario y mientras esperamos a los compañeros decido cambiarme prácticamente toda la ropa para ir más y mejor abrigado.
Cuando llega la totalidad del grupo, proseguimos el ascenso acompañados en todo momento por el mal tiempo aunque al menos la lluvia no hace acto de aparición. Caminamos ya por territorio volcánico y es que alrededor de la cima existen múltiples flujos de lava de las diferentes erupciones ocurridas a lo largo de la historia.
El techo de Camerún se hace presente y permanecemos un buen rato en él abrazándonos, felicitándonos así como inmortalizando el momento con múltiples fotografías. No teníamos prácticamente visibilidad pero esto no nos estropea nuestra “fiesta”.
Después de la cima, continúa el terreno volcánico y mientras perdemos altura transitamos por múltiples cráteres que nos hacen disfrutar mucho de un trekking con múltiples contrastes paisajísticos. El grupo está contento y pasándolo muy bien con la experiencia. Durante el descenso tenemos la compañía de una suave lluvia que se convierte en agradable ya que nos quita el sudor del cuerpo, muy presente por mala fortuna nuestra durante todo el trekking.
El descenso es largo pero después de bastantes kilómetros por territorio volcánico, la sabana vuelve a hacer aparición así como en el horizonte divisamos la selva, aspecto claramente indicativo de que hemos perdido bastante altura. El último kilómetro de esta segunda etapa del trekking transcurre por la selva y posteriormente a una jornada de 10 horas de andar llegamos a Mannspring a 2.440 metros. Es un alojamiento de características similares al día anterior, de madera y realizado también con la cooperación alemana.
Durante la cena las botellas de vino hacen acto de presencia y brindamos por una jornada exitosa de senderismo en la que la totalidad del grupo ha hecho cumbre, un auténtico motivo de celebración. Sin embargo, la fiesta no se alarga excesivamente ya las 21:30 ya estamos durmiendo ya que nos encontramos cansados y al día siguiente nos tocará levantarnos a las 5:30 para empezar a andar a las 7:00 de la mañana.
A las 7:00 de la mañana estamos en marcha e iniciamos una etapa que transcurrirá íntegramente por la selva. Si bien siempre que puedo intento evitarlas, salgo con las botas Gore – Tex y de caña alta Bestard por si hay barro, agua, rocas u otros elementos por los que mis Sportiva Ultraraptor no son adecuadas.
Pronto de empezar la marcha, nos damos cuenta de que nos sobran capas de ropa si bien me quito las mínimas porque quiero ir con manga larga y pantalón largo para poner los máximos obstáculos a mosquitos y otras “bestias”.
El avanzar por la selva no es fácil. La selva de hoy es especialmente densa y supone una sensación incluso claustrofóbica en la que sólo se ve vegetación y más vegetación y se pierde toda sensación de profundidad tanto horizontal como vertical. Asimismo, también hay que extremar la precaución en el pisotón porque hay múltiples raíces de árboles que sobresalen del suelo, hormigas con muy malas intenciones y que pican así como rocas húmedas que suponen auténticas trampas y abonos por las caídas.
Mientras transitamos por la selva, el guía que en momentos debe abrirse paso haciendo uso de su machete, percibe señales de proximidad de elefantes y pide máximo silencio al grupo que se encuentra fuertemente a la expectativa. Realmente se perciben sus ganas para que el grupo pueda presenciar al rey, al menos en tamaño, de la selva. Después de ver múltiples marcas en árboles, heces gigantes, arbustos aplastados…parte del grupo, a la distancia, divisamos la “criatura”. Un elefante macho se desplaza solitario a la otra vertiente de la montaña… es un momento único, mágico y auténticamente salvaje. Memorias de África de por vida.
La jornada por la selva se alarga excesivamente hasta las 12 horas de duración y que es el doble de la previsión de 6 horas del programa. Se nota que los “locales” están poco preparados a la vez que poco acostumbrados al turismo y tienen poca experiencia y recursos para preparar trekkings, si bien han hecho todo lo posible para que estuviéramos bien.
Acabamos la marcha del día en unas chozas pertenecientes al Estado en que será nuestro campamento improvisado. Hace muchísimo calor, algunos montamos tiendas en las que intentaremos dormir sin demasiado éxito ya que las condiciones no son las mejores para dormir. Sin embargo, no quedará en nuestras memorias el hecho de que no haber dormido la noche del 29 de marzo de 2024 sino que quedará en nuestras memorias ese día como una experiencia de vida brutal en la auténtica y salvaje selva africana. El trekking llega a su finalización y la altura de 600 metros en la que nos encontramos da fe de esto, el mar y la costa se encuentran ya cerca.
Efectivamente no he dormido nada bien pero no importa demasiado, ya lo haremos en el hotel y colchón que hoy nos espera en Bakinguili. Antes en un recorrido y sendero muy agradecido completamos los últimos 4 kilómetros del trekking. Las condiciones son hoy más favorables y la suavidad del recorrido es un premio al esfuerzo de los últimos 3 días. Daniel me entregó de la mochila, le abrazo y le agradezco su impagable trabajo. Los portadores, los auténticos héroes anónimos de esta historia.
Nos retiramos en el hotel a digerir las intensas emociones de estos últimos días. Una vez más Asante África. Cuánto aprendizaje en tan poco tiempo, cuánta intensidad de vivencias en tan pocos días. Hasta pronto África.