CIMAS
CIMA Nº 19 y Nº 20: MONT BLANC
La montaña más alta de Francia e Italia
FRANCIA & ITALIA
MONT BLANC (MONTE BIANCO)
02/07/2024
ALTITUD
4.809 m
Jordi Girona, Jordi Guasch, Manel Vidal Y Andreu López
NIVEL DIFICULTAD
ALTO
CRÓNICA DE LA ASCENSIÓN A MONT BLANC (FRANCIA & ITALIA)
Este mes de junio de 2024 he hecho un ejercicio intensivo importante en cuanto a preparación física. Tanto abril como mayo fueron meses complicados en los que, el problema de inflamación intestinal derivados de la bacteria que cogí en el viaje de Camerún, me costó mucho eliminar. Sin embargo, en las últimas 2 semanas, he conseguido realizar 6 sesiones semanales de entrenamientos y me siento físicamente fuerte para el reto alpino de estos próximos días. Nos vamos a la capital mundial del alpinismo, partimos rumbo a Chamonix (Francia) para ascender al Mont Blanc, la emblemática cima de los Alpes y que con una altitud de 4.809 metros es la cima más alta de la Unión Europea, de los propios Alpes y techo de Francia e Italia. Un 2 en 1 por el mismo precio .
Me he preparado el equipaje con disciplina, método y concentración. Es importante realizar un ejercicio de visualización de las diferentes situaciones que se pueden dar a lo largo del viaje para no dejarse nada, ya que un pequeño error puede comprometer la ascensión. El viernes día 28 de junio salgo en el coche desde Sant Martí de Tous (el pueblo que me ha visto crecer) dirección la Selva del Camp (pueblo del Alt Camp situado a unos 10 kilómetros de Reus) y donde reside Jordi Girona.
Jordi Girona, se ha convertido en un habitual últimamente en las cimas de TSOW y en los últimos años, hemos coincidido en el Kilimanjaro (Tanzania), Moldoveanu Peak (Rumanía) así como Mount Cameroon (Camerún). Él será el conductor de este viaje ya que recientemente se ha comprado una furgoneta bastante espaciosa que irá muy bien para albergar el enorme equipaje que llevaremos los 4 integrantes de la expedición (junto con nosotros, tendremos la compañía de Jordi Guasch así como de Manel Vidal). Llego a la Selva del Camp después de cenar y un poco tarde y nos vamos a dormir en breve después de comentar 4 cosas básicas del viaje.
Es sábado 29 de junio. El día D. El día que teníamos marcado en el calendario desde hace ya más de 9 meses cuando empezamos a planificar esta gran aventura. Hoy es día único y exclusivo de carretera. Nos levantamos en breve ya las 6:00 de la mañana ya estamos en movimiento. A las 7:15 de la mañana hemos quedado en la parada de ferrocarriles del polígono de Sant Joan con los anteriormente citados Jordi Guasch y Manel Vidal. A Jordi Guasch le conocí hace un par de años en Turquía, en la ascensión al Ararat y desde entonces hemos coincidido en expediciones importantes y de altura (Kilimanjaro y Nevado Sajama de Bolivia). En esta expedición “ debuta” su primo Manel Vidal que es un gran deportista practicante habitual de correr y ciclismo si bien sin prácticamente experiencia en el mundo del excursionismo.
Así que presentados los 4 integrantes del grupo, retomamos la marcha del viaje y la Jonquera, Narbona, Montpellier, Nimes, Aviñón, Valença, Chambery… localidades todas ellas de referencia van quedando atrás hasta divisar el coloso. Aparece ante nosotros un glaciar enorme que pertenece sin duda al Mont Blanc… acabamos de llegar a nuestra “casa” de los próximos días. Cenamos rápido, miramos un poco de Eurocopa (España vence 4 a 1 en Georgia y avanza a los ¼ de final donde le esperará la anfitriona Alemania) y nos vamos a dormir en breve que a las 7:00 de la mañana pasarán a buscar -nos Ivan Moshnikov y Òscar Cadiach, que serán nuestra brújula en los próximos días.
Òscar Cadiach es alguien archiconocido en el mundo del alpinismo, una de las pocas personas en el mundo que puede presumir de haber alcanzado la cima de los 14 ochomiles del planeta sin oxígeno (primer catalán en hacerlo). Aparte de esto, es mucho más dentro del mundo del alpinismo pero no nos toca a nosotros escribirle la biografía. Muy afortunados y contentos de que esté entre nosotros, seguro que aprenderemos mucho y compartiremos grandes momentos de montaña con él.
Ivan Moshnikov es el guía que ha coordinado y planificado todo el programa de los próximos días. No lo conocemos mucho si bien sabemos que es ruso y tengo un buen feeling hacia él ya que en todo momento ha demostrado una gran profesionalidad y atención hacia nuestras personas.
El día de hoy domingo, con el equipo de 6 al completo, tiene por objetivo conocernos y realizar una práctica de montaña. La práctica de montaña a la vez se compone de 3 actividades como son: 1- una excursión de unos 600 metros de desnivel positivo que en torno a la cota de 2.000 metros de altura pretende. 2- testar el equipo y material de nieve (crampones, piolet…) e impartir tanto técnicas de progresión en nieve como de seguridad para, finalmente y 3- ir a una zona de escalada en roca. Ésta última, la escalada en roca, es nueva para mí y si, efectivamente, a mis 40 años nunca había ido a escalar. Me gusta mucho la nueva actividad a la par que resulta un aprendizaje altamente necesario para mi progresión y evolución como alpinista. Hago un clic con la actividad y seguro que en el futuro frecuentaré más espacios de estas características.
Empecemos semana y qué semana. En programa el Mont Blanc así como el… (no lo revelaré que si no hemos quedo sin audiencia por la próxima crónica ). Nuestro tren sale de la localidad de Saint Gervais les Bains a las 7:00 de la mañana en cuanto tenemos que madrugar bastante. El tren no es nada barato pero estos próximos días mejor que la palabra precio sea tabú… el tren nos deja en Nid d’Aiglé Station (2.372 metros). El programa de hoy no presenta grandes dificultades a salvar y nos espera un desnivel positivo de unos 800 metros así como unas 2,5 – 3 horas de marcha hasta llegar al objetivo del día: el refugio Tete Rousse a 3.167 metros de altura.
Llegamos al refugio en breve y alrededor de las 12:00. Intento no dormir pero si cerrar los ojos unas horas en la cama que me han asignado ya que no vamos sobrados de horas de dormir en los últimos días y de cara a los siguientes no se espera que vayamos a dormir una cantidad abundante de horas. Sobre las 15:00 me levanto y voy a la sala de estar/comedor a “hacer tiempo” hasta las 18:00, hora en la que nos servirán la cena. En este rato hablamos y nos conocemos un poco más con nuestros guías Òscar e Ivan si bien no podemos disimular cierto nerviosismo y nuestra principal inquietud que no es otra que qué tiempo hará el día de mañana ya qué hora saldremos para atacar la cima .
A las 17:30 hay reunión de guías en las que principalmente hablan de la meteorología y horas de salida de las diferentes “cordadas”. Parece ser que nosotros adoptaremos la estrategia de salir un poco más tarde de lo previsto inicialmente y nos levantaremos a las 3.30 de la noche para evitar las condiciones de tiempo más duras previstas para las primeras horas de la madrugada. Para el resto de día, parece que las condiciones de viento serán más favorables así que si esto se cumple, la ascensión únicamente dependerá de nuestras fuerzas y ganas de cumbre. Antes de irme a dormir, me regalo unos instantes de soledad y calma fuera del refugio mientras contemplo las imponentes montañas que tengo delante. A las 20:30 – 21:00 me pongo a dormir, todavía con luz diurna.
Martes 2 de julio de 2024. Hoy es el día en que intentaremos conquistar el Mont Blanc, una de las cimas de referencia que todo alpinista aspira a tener en su expediente de conquistas. Estoy tranquilo y confiado, desayuno bien. Me pongo el equipo de montaña que no es poco y es que el ritual de vestirse se puede alargar exactamente 30 minutos (mallas, pantalón segunda capa, pantalón Gore-Tex última capa, calcetines, botas, polainas, crampones , casco, frontal, guantes delgados primera capa, guantes manopla sobre los anteriores…y cuando se acaba con la ropa hay que pensar en crema solar, de labios así como que todo dentro de la mochila esté así como que esté bien locado en su lugar correspondiente). Salgo afuera donde Óscar e Iván nos esperan. Compartiré cordada con Òscar y Jordi Girona que irá al medio mientras que yo, que tengo menos experiencia en “cordades”, cerraré la unión.
Realizamos los primeros pasos a las 5.30 de la madrugada. El frontal dura encendido 5 minutos, el tiempo que tardan en aparecer los primeros rayos de luz del día. Nuestra cordada va en primer lugar y le sigue la formada por Jordi Guasch, Manel Vidal y el guía Ivan. El primer objetivo del día será llegar al refugio de Gouter a 3.815 metros si bien antes de él, deberemos esquivar la mítica “bolera” que es una canal por la que a determinadas horas del día caen piedras y el “bolón” es el excursionista (mejor tomárselo con un toque de humor, me parece bien 😉).
La “bolera” a esas horas de la mañana todavía duerme y no hay ninguna incidencia en destacar en su paso. Posteriormente de la “bolera”, la montaña toma pendientes pronunciadas y llega un tramo equipado con cadenas y diferentes elementos de sujeción. Disfruto mucho de esta parte que, si bien exige concentración, resulta muy dinámica y entretenida.
Sobre las 9:00 – 9:30 llegamos al refugio de Gouter. Una auténtica joya de la arquitectura que costó “sólo” 7,5 millones de euros y un auténtico hotel de 5 estrellas instalado en las alturas de la montaña (antes hemos dicho que no hablaríamos de precios, ¿verdad? 😉) . Aprovechamos que llevamos unos 30 minutos de ventaja en la otra cordada para hacer ajustes en el equipaje (en mi caso, el casco que en la parte trasera me hace exceso de presión) así como para comer y beber un poco.
Jordi Guasch y Manel Vidal han podido también recuperar fuerzas y sentarnos un rato y salimos con determinación hacia el objetivo y se quedan desde el refugio, menos de 1.000 metros de desnivel. Son 995 metros de desnivel a salvar, que es una cifra inferior a 1.000 metros (aquí no engañamos… sólo en la mente contra la fatiga o el desánimo ). Me encuentro muy bien a nivel físico y sin fatiga muscular, sin dolor de altura, sin ninguna molestia derivada de las botas, no tengo sensación de frío corporal… me siento confiado de cara a nuestras posibilidades de cima.
La parte de ruta posterior al refugio de Gouter no supone ninguna pendiente significativa ni técnica pero va subiendo paulatinamente y se trata de una aproximación larga y lenta. El viento, uno de los principales enemigos a la hora de alcanzar nuestro objetivo, comienza a hacer tímidamente acto de aparición y empiezo a sentir frío en la cara. Llevamos 3 horas de marcha desde Gouter y hacemos una parada para comer y beber caliente cuando Ivan nos explica que quedan aproximadamente 3 horas para llegar a la cima. En estos momentos es importante engañar a la mente y no pensar en términos de cima sino de siguientes “pequeños objetivos” tales como completar determinada pendiente o llegar a determinado punto de la ruta.
Frente a nosotros la ruta se vuelve más vertical si bien en ningún momento siento sensación de peligro. Òscar Cadiach, voz de la experiencia, nos va diciendo “paso a paso haremos la cima”, “chino xano”, “siempre arriba”… le siento confiado en alcanzar la cima y eso se traslada a la cordada. La cordada es como una especie de cordón umbilical que une mucho y en que los sentimientos de uno, se trasladan de inmediato al resto de integrantes.
Llegamos a unos refugios de emergencia y sin guarda que deben estar situados a aproximadamente 4.400 metros. Queda ya muy poco, cada vez menos, aunque este “techo” 2 en 1, se hace orar. El viento se intensifica un poco y eso baja la sensación térmica pero nada que sea motivo de alerta y preocupación. Jordi Girona empieza a experimentar la fatiga fruto de los kilómetros acumulados y también de la altura si bien no desfallecemos en el ritmo. Nos juntamos con la otra cordada y Ivan nos comunica que quedan únicamente 20 minutos.
Está siendo una ascensión disfrutada en todos los sentidos. Físicamente me encuentro muy fuerte, a nivel de mal de altura no tengo, he adoptado una buena estrategia de material y no siento ni frío ni calor más allá de un poco de frío en la cara… disfruto del momento. Había tenido muchas dudas en estas últimas semanas sobre si podría estar aquí, sobre si tendría fuerzas y salud para hacerlo y de repente…4.809 metros.
El Mont Blanc bajo nuestros pies. Pasamos a formar parte de la historia de alpinistas que han subido a este coloso, de esos alpinistas que me había mirado desde la distancia y con ganas de emularles algún día. Ahora sí que puedo decir que soy alpinista con todas las de la ley… hemos ascendido a la cima más alta de los Alpes. Abrazos, euforia, alegría compartida, felicidad… sentimientos múltiples fusionados en un instante imborrable por cada uno de nosotros.